Thursday, December 14, 2006

Bitácora de un viaje no deseado

13 de diciembre de 2006:

Primer acto

Cuando llegue a la Estación Central no pude dejar de pensar en lo que le paso al Tali el día que volvió a Córdova después de tantos años. Solo me parece distinto a aquel viaje, el que yo a diferencia de Tali no creo estar tan nervioso y los pasajes del pasado no se suceden el uno al otro como a él.
Para mi volver a Linares, es más bien escribir en una hoja en blanco, a lo más una hoja borrosa. Tal vez por sanidad mental, muchos de los recuerdos, de los buenos y también de los malos, han sido borrados de mi mente a lo largo de estos casi 11 años de lejanía, tanto física como afectiva.
También a diferencia del Tali, mis distancias no obedecen a un escape, sino mas bien a un cambio tan radical que no hay ya vasos comunicante con el pasado. Espero que esta sensación se mantenga una vez finalizada mi visita. Es, tan bien un viaje programado, no gatillado por noticias trágicas como la muerte u otro evento trágico. Tal vez sea una manera de anticiparme a ello con el fin de aminorar las culpas. Se que suena frió pero así son las cosas.
Volver a Linares a estas alturas de mi vida, no representa gran cosa. Mas complicado fue elegir el regalo de cumpleaños de mi madre. También definir un espacio neutral de reunión. Tampoco estoy para ir donde me digan.
Demasiado neutral me esta resultando esta historia, podría haber sido distinta, podría haber sido mejor, pero al parecer mi cabeza ya decidió como serian mejor las cosas y no da pie a que los sentimientos haga estragos en mi ya convulsionada vida. Lo que se agradece.
Bueno las cosas han cambiado un poco, hace uno minutos el tren se detuvo, atropello aun anciana que al parecer no se percato de que este avanzaba, provocándole la muerte. La mujer yace a un costado de la vía, cubierta por un plástico rojo, custodiada por una mujer uniformada, una carabinero. No ha llegado ningún familiar de ella. Se nos informo que el conductor de la maquina, fue llevado al hospital mas cercano para practicarle una alcoholemia y que ese tramite durara poco, lo que nos permitiera continuar el viaje lo mas pronto posible. Uno de los pasajeros me comento que ayer sucedió lo mismo y el viaje se retraso casi tres horas, espero que hoy no ocurra lo mismo ya que en total mi viaje debería durar tres horas y media. En fin.
Esto y en la estación de Buin, y podría llamarse Ruin perfectamente, hace años no veía tanta maleza en un espacio publico. Y eso que vivo a la vuelta de uno de los mayores parques de santiago.
Así con mi viaje a esa cuidad. Hace unos días le comentaba a mi hermana que ya no recordaba los nombres de las calles de Linares. Tampoco recuerdo de muchos de los nombres de las personas que me cometa mi madre. Tan solo me acuerdo de Cristian, mi mejor amigo del colegio, hable con él hace unos días y quedamos de vernos en esta visita. Su voz me era muy familiar a pesar de los años que no le veo (13 años fácilmente). Su tono de voz, hasta las palabras que uso me resultaron familiares. Debe ser una de las pocas personas fuera de mi familia a las que quiero ver allá. En una de esas sea la única que quiero ver allá.
Ya son las 11 de la mañana y no hemos avanzado ni 30 minutos del recorrido, y eso que ya has pasado más de 1 hora y media desde que partimos de Santiago. A estas alturas no creo conveniente buscar otra forma de llegar a Linares. En una de esas es mejor y así mi estadía allá será más breve.
Curiosamente el servicio de Metrotren que recorre un parte de la ruta no se ha detenido, por lo que me imagino que lo único que nos detiene son temas administrativos.
El tren lleva pocos pasajeros y casi ningún niño lo que hace bastante menos traumática la espera. Si hay algo en la vida que no soporto son los viajes con niños.

Hay personas que se pasean incesantemente de un lado a a otro, parecen nerviosas por no legar a su destino, otros en cambio están de los mas tranquilos y cada cierto rato llaman por sus teléfonos móviles.

Nos comentaba uno de los funcionarios del tren que este tipo de eventos son mucho mas recurrentes de lo que se podría pensar. Es mas, la responsabilidad primera de verificar los hechos, les corresponde a ellos, tienen, por ejemplo que ver el estado del accidentado, verificar su muerte y cubrir sus restos en el estado en que queden. También más de una vez han debido enfrentar la ira de los familiares de los accidentados.
Me acode de otra cosa mientras miraba el paisaje (monótona a decir verdad), al igual que Tali en Córdova, yo también tengo otro nombre en Linares. Me suena extraño, a decir verdad me violenta un poco cuando lo escucho. Cada vez que alguien me llama por ese nombre, me siento mas vulnerable, mas desnudo. Como si quien conociese aquellas letras tuviese un poder sobre mi, que pocos tienen y no me gusta que eso suceda. Son solo unas letras, no es mas que eso, pero encierran mas significados que los que quisiera, es de las pocas ataduras que tengo con el pasado.
De a poco el paisaje se hace mas familiar, no por nada en particular, son elementos que se conjugan para hacer una fotografía familiar, las construcciones, los colores, los animales y los árboles, recuerdo que siempre me gustaban los árboles, su distribución en el campo, su porte, y mas aun si es que estaba solo en medio de un campo sembradío. Podía estar horas mirándolos. Álamos y sauces eran mis árboles, los demás eran plantas ornamentales o frutales.
El camino antes de llegar a Talca es muy reconocible, sus lomas y particularmente la zona del rió Claro con sus hermosos puentes, particularmente su antiguo puente ferroviario son lo mas hermoso de esta zona, carente de atributos naturales notables.
Queda muy poco para llegar, luego de Talca, solo media hora me separan de linares lo que hace imposible volver a atrás. Ya no vale la pena volver atrás.



Segundo acto.

Como suponía, la vista no fue tan atroz, después de tantos años, creía que sería mucho mas traumático, mas aun minutos ante de llegar estaba un poco nervioso. Almorcé con mi madre y mis dos hermanas y todo fue bastante simpático. No se toco ningún tema sensible y el tiempo trascurrió rápido. Como me suponía lo mejor y tal vez lo único que me importaba de este viaje era volver a ver a Cristian.
Él llego hasta el café donde estaba con mi familia. Bastante cambiado el muchacho, un poco mas gordo, pero en términos generales era el mismo. Conversamos acerca de nuestras vidas desde que me fui (el se un año después y volvió hace solo un años tras la muerte de su madre y de su abuelo). Me dio mucho gusto verlo. Recordar a los compañeros del colegio y ver como nuestras vidas si bien se fueron por caminos muy diferentes, no son tan lejanas en lo afectivo. Creo que de una u otra manera ambos nos quedamos solos.


A diferencia de Tali mi regreso al pueblo donde me crié no causara mayores estragos en mi vida, por el contrario solo puedo confirmar mi total desarraigo de aquellos años en que definitivamente era otra persona, con otro nombre y otra historia.
Tal vez es porque yo a diferencia de él o ya sane del todo las heridas que el pasado necesariamente va provocado o tal vez por una amnesia buscada con los años.
Sea como sea no me vi arrastrado a una oleada de recuerdos, muchos de ellos dolorosos, como los que envolvieron a Tali en Córdova.
Cuando le conté e Cristian el motivo de esta larga distancia, me di cuenta que más que por detalles o hechos puntuales, esta se debía mas a una determinación vital, era mi vida entera la que necesitaba esta distancia, de años y kilómetros, de afectos y recuerdos.

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